Hasta ahora, los arándanos rojos
habían adquirido una importante popularidad por su gran cantidad de
vitamina C y su capacidad de eliminar la principal bacteria causante de las
infecciones urinarias y contribuir así al tratamiento de las cistitis, pero
ahora investigadores de la Universidad de Massachusetts en Dartmouth, Estados
Unidos, han demostrado también que una taza de arándanos al día podrían ayudar a
detener el crecimiento de células tumorales del cáncer de colon.
La investigación cuyos resultados se presentaron en la
250a Reunión Nacional y Exposición de la Sociedad Americana de Química (ACS),
la sociedad científica más grande del mundo, refiere que en los experimentos
realizados en un modelo animal, los ratones con cáncer de colon asociado con
colitis (enfermedad inflamatoria intestinal) alimentados con extractos de
arándano rojo mostraron una disminución en el tamaño y número de sus
tumores.
Con anterioridad, la autora principal del estudio, Catherine Neto, había demostrado cómo el extracto de arándano era capaz de
destruir células de cáncer de colon “in vitro”, por lo que decidió probarlo en
un modelo animal.
Para el estudio, los investigadores desarrollaron tres
extractos en polvo de arándano: uno de fruta entera, otro que contenía sólo los
polifenoles (sustancias con acción antioxidante), y uno más que sólo incluía
los componentes no polifenoles de la fruta.
Los extractos de arándano fueron administrados en las
comidas de los ratones con cáncer de colon. Tras 20 semanas, se descubrió que
las tres preparaciones eran eficaces hasta cierto punto en la detención del
crecimiento de los tumores cancerosos y disminuir su número, en comparación con
el grupo control que no recibió ninguno de los extractos, sin embargo, fueron
los roedores que recibieron el polvo de fruta entera los que mostraron los
mejores resultados, ya que redujeron a la mitad su número y el resto de
tumores, disminuyeron de tamaño en ese espacio de tiempo. Además, observaron
que los extractos parecían reducir los niveles de marcadores de inflamación.
Todo esto, nos lleva a deducir que existe una sinergia
entre los polifenoles y los constituyentes no polifenólicos del arándano rojo.
La cantidad de arándano administrada a los ratones
sería el equivalente a una taza al día en seres humanos y los investigadores
creen que no se podrían obtener los mismos beneficios si se bebe jugo de
arándano, ya que carece de algunos de los componentes de la piel.
Actualmente, los investigadores están tratando de aislar
los componentes que serían responsables de las propiedades anticancerígenas del
arándano y están analizando a los ratones que consumieron los extractos para
entender mejor lo que ocurre después de que se digieren los componentes de la
fruta.